Una de las formas más frecuentes de detección de un cáncer de mama es el hallazgo casual por la propia paciente. Pues bien, si puede palparse de forma casual, más aún lo será si realizamos una exploración sistemática periódica. Basta una vez al mes, una mañana, pero hay que ser constante. Elegir por ejemplo el día siguiente al final de la regla (antes de la regla es frecuente encontrar nodulación mamaria que desaparece espontáneamente al finalizarla) ó en las mujeres sin regla, el día 1 del mes. Bastan apenas un par de minutos y puede ayudarnos a un diagnóstico precoz.
Rutina: el día elegido, en la cama, antes de levantarse, palparse la mama con la mano contraria. Tacto firme y pausado con las yemas de los dedos. Sigue algún patrón para abarcar toda la mama. A continuación te levantas, y frente al espejo te miras con los brazos sueltos hacia abajo, buscando cualquier cambio de tamaño, forma, color, hoyuelos, bultos, cambio en la posición del pezón ó retracción del mismo que parece se mete hacia adentro, enrojecimiento… Levantas los brazos y miras si aparece ahora alguna de las anteriores alteraciones. Finalmente en la ducha repites la exploración con los dedos (el agua con jabón hace el tacto resbaladizo y mejora la sensibilidad).
Si lo haces cada mes, conocerás tus mamas, y podrás detectar cualquier cambio.
Ante cualquier hallazgo consulta con tu Ginecólogo.
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Frente espejo brazos abajo
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Frente espejo brazos arriba
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Tumbada mano contraria
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Bajo la ducha