También se conocen como leiomiomas ó fibromas uterinos. Son los tumores sólidos más frecuentes en la pelvis femenina, hasta un 70% de mujeres los padecen. Pueden cursar de forma asintomática ó dar clínica del tipo de sangrados abundantes, presión, dolor, y dificultad en la reproducción, sobre todo cuando crecen hacia adentro del útero.
Son benignos, y se diagnostican habitualmente mediante ecografía, histeroscopia ó Resonancia magnética.
Su tratamiento depende de la sintomatología, y varía desde el puramente expectante, hasta el quirúrgico (laparotomía, laparoscopia ó histeroscopia). Tambien se pueden tratar con hormonas, embolización y ultrasonidos focalizados.
Las mujeres con un mioma, tienen mayor posibilidad de tener más, y cada uno requiere una observación y estudio independiente, puesto que procede de una única célula diferente, y su evolución puede ser muy variable.
El gran problema de los miomas es que no existe ninguna prueba que los diferencie con seguridad de los Sarcomas, que son tumores malignos, y se descubren accidentalmente al estudiar el material extraído en las intervenciones quirúrgicas. Se recomienda incluir la citología cervicovaginal, biopsia endometrial, edad avanzada, menopausia, tamaño uterino , crecimiento rápido, antecedentes familiares, radioterapia previa y tratamientos con Tamoxifeno entre los factores a valorar para decidir si es prudente la conducta expectante.